Antecedentes y justificación

En los últimos años se ha hecho un gran énfasis en la alimentación de las primeras etapas de la vida del niño (los mil primeros días), señalando su papel en el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles a lo largo de la vida.

En edades posteriores, además de favorecer un crecimiento y desarrollo óptimos, la alimentación constituye un medio para la adquisición de hábitos alimentarios saludables, que repercuten en el comportamiento nutricional a corto, medio y largo plazo.

Los hábitos alimentarios y los patrones de ingesta comienzan a establecerse en la niñez temprana, se consolidan antes de finalizar la primera década y persisten en gran parte en la edad adulta. La intervención sobre ellos puede iniciarse incluso en la gestación.

FUENTES DE INFORMACIÓN DE LAS FAMILIAS SOBRE LA ALIMENTACIÓN INFANTIL

En España no se dispone de estudios en los que se recoja con fidelidad y continuidad cuáles son las fuentes principales que utilizan las familias para conseguir información sobre la mejor alimentación para sus hijos.

La influencia del profesional de la salud (pediatra, enfermera pediátrica, dietista-nutricionista, farmacéutico) disminuye a medida que el niño crece. La incorporación del niño a la mesa familiar, alrededor del año de vida, es un momento de especial riesgo nutricional, al disminuir la influencia de la recomendación pediátrica y ganar en importancia los patrones alimentarios familiares, que se alejan en muchas ocasiones de la alimentación saludable.

En un estudio reciente, se señala que los padres perciben las recomendaciones de las autoridades sanitarias como inconsistentes o, en muchas ocasiones desconocidas (1). Esto hace que muchas familias busquen fuentes alternativas de información, con el riesgo que esto supone en cuanto a que dichas fuentes no tengan ni la experiencia ni el conocimiento suficientes como para emitir recomendaciones basadas en evidencia científica.

86,1%

INTERNET PRINCIPAL FUENTE DE INFORMACIÓN

SALUD

ES UNA DE LAS BÚSQUEDAS MÁS FRECUENTES

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, el 86,1% de la población usa Internet tanto para leer noticias en periódicos o revistas de actualidad online, como para buscar información, entre otras actividades. Una de las búsquedas más realizadas por hombres y mujeres (57,3 y 70,1 % respectivamente) es en relación con temas de salud (1).

Un problema frecuente es la incapacidad que tienen los padres para discernir entre fuentes de solvencia científica, lo que suele generar cierta confusión

IDENTIFICAR FUENTES SOLVENTES, EL GRAN RETO

Existen múltiples fuentes en Internet en las que se pueden consultar cuestiones sobre alimentación infantil. Los foros, por ejemplo, son sitios de búsqueda usuales para padres, ya que cuentan con testimonios de otras familias que experimentan una misma situación o vivencia parecida a la suya. No obstante, el 36% no suele fiarse por completo de lo que se indica en estos foros.

En general, la mayoría (52%) prefiere acudir a fuentes especializadas que cuenten con opiniones de expertos. Sin embargo, uno de los problemas adicionales es la incapacidad de discernir entre fuentes de solvencia científica por parte de los padres, lo que a menudo lleva a aumentar la confusión sobre cómo alimentar apropiadamente a sus hijos.

Por el contrario, existe evidencia suficiente de que la intervención educativa sobre las prácticas nutricionales en los niños mejora la calidad de su alimentación (2), o incluso, se han utilizado programas educativos “online” para niños con resultados esperanzadores (3).

EsNuPI, MÁS QUE UN ESTUDIO DE NUTRICIÓN INFANTIL

Este estudio parte de las siguientes hipótesis: los niños que ingieren lácteos como parte habitual de su dieta, presentan un mejor patrón de alimentación y, por lo tanto, una mayor calidad la de dieta global.

Además, el tipo de lácteo ingerido (leche y productos lácteos convencionales vs leches adaptadas) modifica el patrón alimentario y la calidad de la dieta global.